Las vacaciones, los niños y los caballos

Las vacaciones, los niños y  los caballos. 

Ing. Jorge Luis González Piñón

Hoy que estamos en los meses de vacaciones escolares para los hijos, lo que los padres de familia no queremos, es que pasen todo el día pegados al televisor o al celular. Por lo que una excelente opción es inscribirlos en cursos o campamentos donde tengan  contacto con la naturaleza, con animales de granja y si tienen la posibilidad de tomar clases de equitación pues que mejor.

Existen una gran cantidad de ventajas de tener ese contacto con la naturaleza y los animales, tales como las mencionadas por la Academia Americana de Psiquiatría infantil y Adolescente (AACAP por sus siglas en inglés), tales como el desarrollar sentimientos positivos hacia los animales que contribuye en la autoestima y la autoconfianza del niño. Ayuda también a desarrollar la comunicación no verbal, la compasión y la empatía.  Al observar a los animales, los niños obtienen lecciones de vida tales como la reproducción, el nacimiento, las enfermedades, los accidentes, la muerte y el duelo. Además de gran importancia es que desarrollan un comportamiento responsable y de respeto a la naturaleza y a los seres vivos.

Dentro de esa relación con los animales y la naturaleza, en específico el tener contacto con los caballos y montar, es uno de las actividades o deportes más placenteros para los niños, ya que éstos tienen especial simpatía por los caballos y practicar equitación les dará la oportunidad de conocer, cuidar y respetar a estos animales.  La equitación además es un deporte muy completo que permite desarrollar la musculatura principalmente de las piernas y los glúteos, mejorar la coordinación motriz, el equilibrio y el sentido de la orientación.  Junto a los beneficios físicos, la equitación ayuda además de los beneficios mencionados anteriormente, en la socialización del niño, fomenta la confianza y seguridad del niño en sí mismo y mejora su capacidad de concentración y disciplina.

La equitación consiste en dominar al caballo, mantener su control y aprender a manejarlo e incluye disciplinas como el salto, la doma clásica así como suertes de rodeo como carrera de barriles, lazo por parejas y lazo breakaway entre otras.

Cuando decidimos llevar a un niño a practicar equitación es importante acudir a una escuela donde haya caballos adecuados e instructores calificados a su estatura, fuerza y nivel de conocimiento.  Es muy común también que los niños aprendan en granjas y ranchos con familiares, pero es importante enseñarles a tomar una serie de medidas de precaución para evitar accidentes.

1.- Al acercarse a atrapar el caballo siempre hay que hablarle para avisarle de nuestra presencia para evitar que se asuste y tenga una reacción peligrosa. Acercarse sin prisa y tocarlo en cuello y hombros con movimientos firmes pero suaves.  Hay que tener especial cuidado al entrar en caballerizas y corrales donde el caballo o los caballos pueden asustarse y empujarnos, pisar o patear por miedo o sin darse cuenta.

2.- Al llevar el caballo nunca llevar la guía del almartigón amarrada a la mano pues puede jalarse y lastimarnos o arrastrarnos.

3.- Para cepillar, ensillar o bañar el caballo siempre pararse en un lado cerca de los hombros o de los cuartos traseros de forma lateral, pero nunca justo enfrente o atrás.

4.- Al momento de ensillar, así como al montar y durante el tiempo que dure la clase o sesión siempre debe haber la supervisión de un adulto.

5.- Es muy común el gusto de los niños por dar premios o alimentar a los caballos, lo cual siempre deberá ser con la mano bien abierta para evitar mordidas o bien mejor dárselo en una cubeta para evitar accidentes.

6.- Siempre se debe revisar si el caballo que va a montar el niño está sobrado, por lo que una persona adulta le debe dar picadero antes para liberar del exceso de energía del caballo.

7.- Existe equipo especial de seguridad como lo es casco, botas, montura a la medida, así como arenas o áreas cerradas especiales para principiantes.

 

Si al pasar el tiempo y después de haber tomado  sus clases de equitación y el mismo gusto del niño por los caballos los lleva a decidir comprar uno, se debe tomar en cuenta que el ser dueño de un caballo es una responsabilidad inmensa, aunque también puede ser una de las mejores inversiones para el beneficio de sus hijos, pues la participación en el cuidado del caballo instruirá al niño con algunas de las cosas   que necesitará para triunfar como adulto, como la responsabilidad, cumplir con un compromiso,  habilidades de organización, administración y paciencia.

Por último es una gran oportunidad de convivir y compartir un tiempo en familia que en los tiempos modernos difícilmente se presenta, donde padres e hijos disfrutarán de un tiempo de gran calidez y convivencia.

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