Entrenamiento de potros. Como arrendar un caballo- Parte 3

Ing. Jorge Luis González Piñón

En las dos primeras partes de este artículo, tratamos la importancia y la forma correcta de adiestrar al potro desde los primeros meses hasta los dos años de vida, donde lo importante era desarrollar la confianza y la comunicación, pasando por la limpieza y manejo, el control con el almartigón, cabrestear, dar picadero, enseñarle a estar amarrado y permanecer quieto. Después de éste proceso, ya que el potro tenga una edad suficiente, que puede estar entre los dos y tres años se habló de la tarea de ponerle el sudadero y la montura y manejarlo con riendas largas realizando los ejercicios de caminar, trotar, galopar, parar y dar paso atrás. Cuando el potro lo acepte con tranquilidad, estará listo para su primera monta, pues ya ha aprendido a confiar en su entrenador, así como desensibilizado al miedo de llevar la montura y el freno y tendrá la disposición para realizar ejercicios más avanzados.

Lo que buscaremos a continuación es enseñarle al potro a caminar hacia adelante con una pequeña indicación con las piernas y la voz y posteriormente en el momento deseado dar la orden de parar, relacionando este ejercicio con la forma en que se le enseñó con las riendas largas, el objetivo final de éste ejercicio es que el caballo camine, luego con otra indicación trote, y finalmente galope con las riendas sueltas y que en cada uno de los aires el caballo pueda parar sin pelear con una indicación de voz, cuerpo o riendas.

Para enseñarlo a parar, lo haremos por pasos, primero caminando, darle una indicación larga de wooo con la voz, luego abrir ligeramente las piernas y cargar el peso del cuerpo en la montura y finalmente jalar con suavidad las riendas hasta lograr detenerlo y en el momento que se detiene, se afloja la rienda hasta dejarla suelta y se le acaricia permitiéndole descansar. Este ejercicio se repite hasta que el potro asocia el llamado de voz o abrir las piernas y el peso del cuerpo, con el que debe parar, lo cual además es agradable, con lo cual ya aprendió a parar sin necesidad de jalar las riendas. El ejercicio de parar se le debe enseñar primero caminando y cuando el caballo pueda parar correctamente, sólo entonces, se pasará al ejercicio de trotar y parar y al igual que se hizo caminando, sólo se pasará a parar al galope cuando pare perfectamente sin pelear al trote, así el potro podrá parar finalmente a galope sin pelear y podrá estar relajado con la rienda suelta sin moverse. Aquí también es importante, que cada vez que el potro estando parado, se mueva o quiera avanzar sin que se le dé la indicación, se le debe parar y soltar la rienda, hasta que entienda que debe permanecer completamente quieto y sólo puede avanzar con la indicación del jinete que es su líder.

A continuación pasamos al ejercicio de caminar hacia atrás, el cual debe ser fácil si se le enseñó al potro el ejercicio de paso atrás con las riendas largas, aquí lo que haremos es, estando parado jalar suavemente las riendas hacia atrás, sin fuerza excesiva ni jalones bruscos, pues lo que se podría lograr es que él aprenda a levantarse de manos, lo cual es muy peligroso. Al momento de jalar las riendas hacia atrás , presionaremos con las piernas los costados del potro con movimientos rítmicos, lo que sucederá es que el potro empezará a buscar la forma de quitarse la presión a la que está sometido y buscará caminar hacia adelante, los lados etc. lo cual no se le debe permitir y aquí es importante que en su búsqueda, en cuanto dé el menor paso hacia atrás deberemos quitar la presión de las riendas y las piernas y lo dejaremos descansar un momento, para que reflexione que al caminar hacia atrás se quitó la presión y descansó. Se repite el ejercicio y al dar un paso atrás con disposición se le deja descansar nuevamente. Así poco a poco se le pedirá un paso adicional y es seguro que si aprende a dar un paso hacia atrás con la práctica pronto podrá caminar a mayor velocidad la distancia que se desee.

Dentro de las habilidades o fundamentos que es conveniente desarrollar para tener un caballo de manejo suave y equilibrado son las de ceder a la presión, tener reunión, alejarse de la presión de la pierna y moverse lateralmente.

El ceder a la presión es un fundamento básico que consiste en el principio simple de presionar y ceder. Al inicio se pone presión en la rienda jalando hacia un lado buscando que el caballo voltee la cabeza para ver hacia atrás. Lo más probable es que el caballo se resista moviendo su cabeza hacia el lado opuesto o se resista poniendo duro el cuello. Pero en el momento en que él busque ligeramente voltear hacia el lado de la presión de la rienda se le debe de liberar completamente la presión, acariciar y dar tiempo a captar que el movimiento que realizó le trajo confort. Pronto el caballo aprende que cuando se le pide o presiona con la rienda a un lado y el ablanda y busca hacia donde se le llama la presión desaparece y vienen caricias y descanso. Es importante que al inicio, cualquier movimiento donde el caballo ceda se debe aflojar la rienda para lograr el efecto deseado, ya que si no se le recompensa al momento crea confusión y se logra exactamente lo contrario a lo deseado.

El caballo aprende por repetición con movimientos iguales, por lo tanto debes pedirle en la misma forma y liberar igual todas las veces que se haga el ejercicio. Con éste ejercicio se le están enseñando dos cosas al caballo, una es que ceda a la presión y que sea flexible hacia los lados y la otra es que las indicaciones son órdenes a cumplir, que si da la respuesta correcta recibe su recompensa al liberarse de la presión y sentir confort por el descanso y las caricias, es un ejercicio sencillo pero que es la base para todo lo que se le va a enseñar a tu caballo. Con estas bases el caballo tendrá confianza en que entiende las indicaciones y sabe la respuesta correcta. Esta confianza se logra por repetición después de dar la indicación cientos de veces. Al principio se pide que dé ó ceda un poco hacia un lado, a medida que el caballo aprende más y muestra más confianza se debe pedirle que ceda o voltee más. Poco a poco va avanzando hasta desarrollar la habilidad de sentir cuando en forma suave se le llama con la rienda y voltea con disposición. Es importante ejercitar un lado, luego hacer otro ejercicio diferente y después regresar al ejercicio inicial pero del lado contrario.

La habilidad o fundamento en la que el caballo aprende a ceder la nuca y lograr la reunión, en otras palabras que cuando se levante las riendas, buscar juntar las partes del caballo y que al tocar la boca del caballo él flexione su nuca, eleve los hombros, redondee el lomo y traer los posteriores debajo del cuerpo. Se logra realizando un ejercicio en el que se inicia jalando hacia atrás ambas riendas al mismo tiempo que aprietas con ambas pantorrillas. La primera respuesta del caballo es confusión, pues interpreta la orden de la rienda como parar y la orden de las piernas como de avanzar, aquí es donde lo aprendido en el ejercicio anterior que es buscar quitarse la presión entrará en juego, ya que el caballo moverá su cabeza en diferentes posiciones para encontrar cual es la respuesta a las indicaciones y en algún momento bajará su nariz o cabeza y cuando lo haga, aunque sea ligeramente se le debe quitar la presión, acariciarlo y dejarlo meditar la situación. Una vez que el entiende el concepto, podrá ser capaz de poner su cabeza donde se quiera. Lo que se busca no es que baje demasiado la cabeza sino que sea suave al el freno. Actualmente en muchos casos los caballos se doman o entrenan sin técnica, con golpes y maltrato causando que el caballo desarrolle conductas de defensa como el levantar la cabeza en exceso apoyándose en el freno, lo que lo hace difícil de controlar y parar volviéndolo peligroso. A medida que el caballo aprende a acomodar su cabeza correctamente la conformación del caballo cambia, se ve reunido y más acomodado, fortaleciendo la línea superior que va de la nuca hasta la cruz. Se debe cuidar de no caer en el extremo de que la cabeza esté pegada al pecho ya que no podrá trabajar correctamente. Este ejercicio se le enseña primero estando parado, luego caminando y al igual que en ejercicios anteriores al realizarlo correctamente se pasa al trote y finalmente al galope.

Con respecto a alejarse de la presión de la pierna, para iniciar el ejercicio conduzca caminando al caballo hacia adelante apretando ligeramente con ambas piernas, entonces quite o separe una pierna deliberadamente hacia donde se desea que se mueva el caballo, dejando la otra pierna apoyada presionando el costado del caballo. La razón para quitar la presión de un lado es abrir el lado o la puerta hacia donde el caballo debe moverse. En el momento que se sienta que el caballo se mueva ligeramente hacia el lado deseado se le quitará inmediatamente la pierna que presiona el costado, se le acaricia y se le permite reposar y meditar usando la misma mecánica de recompensa. Esto se hace en ambos lados.

Ya que el caballo desarrolló la habilidad de moverse o alejarse de la presión de la pierna, le enseñaremos otra básica que es moverse lateralmente. Inicia poniendo tu caballo en forma perpendicular a una cerca, luego presionamos con la pierna el costado del caballo y la otra separada dejando la puerta abierta al igual que en el ejercicio anterior, sin embargo ahora el movimiento no es caminando hacia enfrente, sino lo que se busca es que el caballo dé pasos de costado perpendicular a la cerca cruzando manos y patas. Se deben detener las riendas de tal forma que la cabeza del caballo debe estar ligeramente hacia adentro, esto es del lado de la presión. En el momento en que el caballo se mueva de la manera deseada aunque sea solo un pequeño paso se quita la presión y se recompensa de la manera acostumbrada. Este ejercicio se debe realizar primero moviéndose un paso, luego dos e ir progresando día a día hasta poder moverse lateralmente la distancia que el jinete desee. Este ejercicio se debe de repetir los cientos de veces que sea necesario hasta que el caballo entienda el movimiento a la indicación de la presión de la pierna hacia ambos lados.

Para terminar y después de muchas horas de un correcto adiestramiento, seguramente tendremos un caballo dispuesto a trabajar y continuar aprendiendo habilidades y maniobras específicas a la actividad o deporte que se le vaya a realizar , habiendo valido la pena el esfuerzo y el tiempo dedicado a el que es y será un gran compañero de vida.

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